Violencia de género como tradición mexicana.

 Por Ariadna Gómez Amor.

Un tema que ha causado interminables revoluciones en nuestro país es la violencia de género, en específico la violencia contra la mujer, aunque se encuentran diversas formas para protegernos y se ha intentado cambiar el panorama social que se presenta esto es un avance demasiado lento, debido a que aún hay tradicionalismo arraigado.

Y la problemática se encuentra en la cultura de fondo, esa ideología patriarcal que es protagonista no solo en México sino en América Latina, y es que la gran mayoría de países cuenta con los más altos índices de feminicidios, gracias a la doctrina heredada sobre la masculinidad que es superior, y por ende se puedan cometer actos violentos en contra de las mujeres, esto actualmente se cuestiona y los hombres y mujeres puedan hacer valer sus derechos y libertades, para poder decidir sobre sí mismos. además de que las mujeres se encuentran un tanto más protegidas.

Esa cultura, a la que conocemos como “machismo”, ha existido desde tiempos inmemorables, con el paso del tiempo, han habido muchos movimientos y aportes por parte de organizaciones internacionales, locales y de la sociedad que están  a favor de la mujer pero desafortunadamente la igualdad de género no forma parte de nuestra cultura mexicana, si bien, últimamente se ha tratado de adoptar y adaptar un poco más a nuestra sociedad.

Una forma de prevenir y tratar la violencia machista que se puede generar desde pequeños hay un aspecto fundamental a atender como lo es el familiar; cuando somos pequeños es importante evitar la violencia y castigos por parte de los padres, ya que esto solo genera más violencia junto con sentimientos como rencor y enojo que con el paso del tiempo se vuelve odio. Así es como los vínculos de respeto e igualdad se convierten en un pilar en la familia.

Y efectivamente, la familia es de donde más adquirimos aprendizajes, tradiciones y costumbres, es por eso que a partir de la educación y los valores que nos brindan. Es por eso, que al decidir tener una familia, se debe estar consciente del tipo de enseñanza que ofreceremos a nuestra descendencia; son factores que se vuelven imprescindibles, si con el paso del tiempo las generaciones futuras van cambiando esa doctrina tan arraigada que es el machismo, no es de extrañar que años adelante esto mejore, no sin olvidar que esta lucha en contra de la violencia debe seguir.