Autor: Karla Rubyth Hernández Torres
Aunque las escuelas en línea tomaron mayor fuerza en el 2020, estas ya tenían tiempo como una alternativa para estudiar. La Universidad Nacional Autónoma De México (UNAM), fue la primera escuela en tener una modalidad a distancia en 1972. Para 1995 la UNAM ya tenía una plataforma en línea con cursos a distancia.
Debido a la pandemia de Covid-19 para no parar la educación de millones de jóvenes, se comenzó a trabajar en línea. Pero hay muchas complicaciones, como que no todos tienen acceso al internet, y no existen los recursos económicos para comprar dispositivos como computadoras, tablets, etc. Aunque se ofrece la educación por medio de la televisión y radio sigue siendo difícil, para muchos.
Está claro que la educación en línea llegó para quedarse, a pesar de que no es la modalidad favorita de todos. Los estudiantes se enfrentan a las adversidades de una educación en línea. Es algo muy difícil, aunque sí es cierto que somos una generación que creció con la tecnología no somos robots que resuelven todo al instante.
La queja más común en la comunidad estudiantil, es que no nos tienen paciencia, porque si bien es verdad que muchos estudiantes ni siquiera tienen la educación de responder los buenos días dan a sus docentes, hay otros que desde las 7 am están con su cámara encendida participando o está el otro grupo que tal vez no prenden la cámara, pero tienen una participación constante.
Muchas veces el internet no está del lado de la educación. Porque aunque esté “toda la información” no siempre es correcta o de fuentes confiables, las plataformas fallan a cada rato, las aplicaciones se cierran de forma inesperada, a veces no hay tiempo de entregar tareas, etc. Muchos de estos sucesos viven día a día los estudiantes de la pandemia, desde los que asisten al kínder hasta los de Universidad.
Pero algo notable y de las principales problemáticas de ser estudiante en pandemia, es que muestra una apatía. Porque si es verdad que un estudiante pertenece a una institución, pero al no ir de forma presencial, no existe identificación. A qué voy con esto que, al no identificarse como tal al estudiante realmente le da igual las clases en línea, porque no se siente parte de la institución, lo cual es importante sentirse parte de para encontrar motivación. También algo que complica las clases, es cuando un docente nota que un grupo es participativo y cumplidor, les exige de forma exagerada. Esto causa que el grupo se sienta abrumado y ya no quiera seguir trabajando.
Aunque no todo está perdido, hay docentes que entienden la situación y tratan de ser lo más accesible con sus estudiantes. Los motivan a continuar con sus estudios, les ponen música, tratan de ser dinámicos, ponen juegos, etc. Eso hace que el estudiante tenga una respuesta positiva y se interese más por seguir.
No son pocos los estudiantes que consideran darse de baja de o cambiarse de carrera, por sentirse abrumados, debido al estrés constante, debido a la cantidad de trabajo que se realiza. Pero también hay docentes que comprenden la situación y motivan a sus estudiantes a continuar estudiando.
Pero algo que me motiva a seguir y también algo que les puede motivar a los estudiantes que están en la misma situación que yo. Que las lágrimas, el estrés, el esfuerzo y desempeño que has puesto por sacar adelante tu educación, no caigan en un saco roto. Es importante creer en ti mismo, así el mundo esté en tu contra, seamos los estudiantes que traen la innovación a nuestro presente y futuro.
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