Autor: Marissa Sofía Carreño González
Las cosas nunca pueden estar de una sola manera o sin movilizarse, todo tiene que estar en un constante cambio, un ejemplo claro podría ser la tecnología o los avances en medicina que se van descubriendo día con día. Y también cambian los “gustos”, “las ideas”, y todo lo que una sociedad actual puede considerar un peligro pero también un alivio porque será un llamado a la libertad de expresión.
Como es de conocimiento de muchos, la comunidad LGBT existe desde ya hace varios años; pero creo que las últimas marchas en cualquier país ha hecho que la gente empiece a hacer conciencia de lo que es hoy en día formar parte de la comunidad, en los que destacan más son los adolescentes.
Estos, hoy en día, se han enfrentado a más cosas de lo que uno puede llegar a pensar, entre ellas ser aceptados por la sociedad que son de la comunidad LGBT. Muchos de ellos, no dicen nada por miedo a como reaccione la gente, y más que nada, por miedo a sufrir acoso o violencia por ello; si viene cierto cualquiera de los que forman parte de la comunidad pueden sufrir por esas “burlas”, los adolescentes tienen miedo de “defraudar” a sus familias, por lo que han hecho por ellos para crecer bien y demás. Es por eso, que los adolescentes suelen ser quienes más tardan en decir esto que muchas veces les quita el sueño.
Esto se debe, a que no hay conciencia por parte de todas las personas, ya que la gran mayoría no entienden de qué trata. Piensan que “no sabe ni qué es eso” o “qué va a saber de la vida”. Entonces todo debería de ser un cambio, así como ven que la gente se pelea por un partido de futbol es normal; que dos personas del mismo sexo pueden estar juntas, alguien que cambie de sexo está bien, o que no se sienta cómodo con la ropa que es de su “género” también esta bien. Se tiene que empezar por tener respeto hacia ello, sino, nunca la sociedad podrá cambiar.
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